Gira, il mondo gira

Gustave Doré – La Divina Comedia

Millones, trillones de almas se precipitan por los vórtices del tiempo, girando alrededor de los planetas, aguardando que se abran las puertas de la existencia para nacer,  para vivir, para ser y sentir…En el tiempo de los mundos y las galaxias son un instante, en el cómputo de los hombres una eternidad…Cae el nacimiento,  gotas de lluvia sobre cuerpos diminutos y frágiles que respiran por primera vez, convirtiéndose en corazones pulsantes  que abren los ojos a la vida. Comienza el ritmo del tiempo, del reloj que marca el preciso número de latidos, los necesarios para ser y sentir, emanar nuestro aroma y mostrar al mundo el colorido de nuestros pétalos únicos. Es el momento de dar, sin propósito, por la dicha sin causa.  Ojos felices y sonrientes, flores de mil tonalidades y geometrías, inocentes cielos límpidos sin nubes. Incluso aquellos que en el descenso cayeron heridos con las alas rotas, dando vueltas en los remolinos que llevan a la manifestación, perdidos; sus lágrimas convertidas en diamantes de sal, al atravesar la seda azul de la tierra, se transforman en agua dulce vivificante, resplandecientes esferas de luz que fertilizan y nutren los capullos que se abrirán al sol y que encierran el misterio de la belleza aún no manifestada.