Elzéard Bouffier: ¿Persona o personaje?

«Tras el almuerzo reanudó las tareas de plantación. Supongo que me mostré persuasivo en mi interrogatorio, pues obtuve algunas respuestas. Llevaba tres años plantando en aquel desierto. Había plantado ya cien mil bellotas. De las cien mil, veinte mil habían germinado. De las veinte mil, contaba con perder la mitad a manos de los roedores y de los impredecibles designios de la Providencia. Así pues, todavía quedaban diez mil robles con vida donde antes nada crecía.
Fue entonces cuando empecé a preguntarme qué edad tendría aquel hombre. Saltaba a la vista que había cumplido los cincuenta. Cincuenta y cinco, me dijo. Se llamaba Elzéard Bouffier. Una vez había poseído una granja en las tierras bajas. Allí había construido su vida. Perdió a su único hijo; luego a su esposa. Acabó retirándose a aquellos solitarios parajes, donde se encontraba muy a gusto viviendo sin prisas con sus ovejas y el perro. A su parecer, aquella tierra se estaba muriendo por la ausencia de árboles. Agregó que, a falta de otra ocupación más apremiante, había decidido poner remedio a aquel estado de cosas.
Puesto que en aquellos tiempos, a pesar de mi juventud, llevaba una vida solitaria, me constaba que debía tratar con amabilidad a los espíritus solitarios. Pero esa misma juventud me empujaba a considerar el futuro con relación a mí mismo y a una determinada búsqueda de la felicidad. Le dije que en treinta años sus diez mil robles serían magníficos. Respondió con toda sencillez que si Dios le concedía bastante vida, en treinta años habría plantado tantos más que aquellos diez mil serían como una gota de agua en el océano.»

Dentro de las creaciones literarias, algunos personajes adquieren vida propia y llegan a plantear serias dudas, desde el desconocimiento, sobre su existencia.
Al igual que, “la guerra de los mundos” de H.G.Wells, emitida por radio como si fuese un noticiario en directo el 30 de octubre de 1938 sembró el pánico, entre miles de ciudadanos de Estados Unidos, al pensar que estaban siendo invadidos por extraterrestres hostiles. Así, Elzéard Bouffier, conocido como “el hombre que plantaba árboles”, de Jean Giono, fue un personaje que despertó admiración, y no pocos desearon conocerlo, incluso desde estamentos oficiales, por su labor.

“Cuando pienso que un solo hombre, armado únicamente de sus recursos físicos y morales, fue capaz de hacer surgir de un yermo esta tierra prometida, me convenzo de que, a pesar de todo, el género humano es admirable. Pero cuando hago el cómputo de la constante grandeza de espíritu y de la tenaz benevolencia que sin duda ha requerido alcanzar este resultado, me embarga un inmenso respeto por este viejo campesino iletrado que ha sabido completar una obra digna de Dios.
Elzéard Bouffier falleció tranquilamente en 1947, en el hospicio de Banon.”

Jean Giono