Colaboración en Masticadores.
La humanidad y las guerras, uña y carne.
Como dice Franco Battiato: «Aquí no se aprende nada, los mismos errores, los mismos horrores de siempre, como siempre…»
«Qui non s’impara niente, gli stessi errori, gli stessi orrori de sempre, come sempre….»
Uno de los momentos más importante de los Juegos Olímpicos, en la Antigua Grecia, se producía al comienzo del festival con la “Hecatombe”, el sacrificio de 100 bueyes en honor a Zeus (hekatom significa 100).
Abominable competición, sin honor. Hacer que canten las espadas y Silben en el aire Entonando una melodía de destrucción. Execrable enaltecimiento, sacralización De la violencia, del dolor, del filo de acero. Charcos de sangre, arroyos rojos Que la tierra no puede absorber Se arrastran por los desagües de La existencia, en un lamento. ¿Dónde está la sensibilidad De los hijos de las flores del cerezo? Tan frágiles, tan bellas, tan delicadas ¿Quién creó los breves poemas que Acarician las almas, los corazones? Los Kami apartan la mirada Avergonzados de la masacre, Del horror, del terror, Del llanto de las mujeres De nada sirvieron sus enseñanzas, La sabiduría milenaria, Los códigos de honor…
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