Los orígenes, creo que más que de un lugar provenimos de un estado, la patria común lo llaman algunos: la niñez. Leo en estos días los testimonios, los relatos, los recuerdos de aquell@s que escribimos y siempre conducen allí. Si en esa etapa de la vida no llevamos lo que buscamos, la pasión por las historias (propias y ajenas) —y no depende de nosotr@s—, no germina nunca la semilla.
Es un completo misterio.
Nació en el Egeo. Recuerda cuando llegó desde las profundidades. Se dio cuenta de que era un mar infinito, de luz y espacios radiantes. Se acercó a la orilla cristalina y vio en ella su reflejo y los destellos del sol oscilando en un espejo de agua. Fue a tierra. La sentía palpitante y caliente bajo la desnudez de sus pies. Sobre las colinas: olivos, cipreses, frutales, pétalos de flores que, transportados por la brisa, caían al mar. Se agachó para coger unas rosas de delicado aroma y flores amarillas de la artemisa. El zumbido de las abejas y las chicharras lo llenaba todo. Se sentía embriagada de vida.
Mientras rememora, su mano, instintivamente, busca la marca bajo la axila derecha y comprueba que sus recuerdos no son inventados. Hace ya tanto tiempo que, a veces, tiene la sensación de que todo ha sido un sueño.
Fue atrapada en una…
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