¿Cuáles son y dónde están los límites del cuerpo humano, de la persona?
Para algunos la piel, la epidermis, es la frontera, la primera barrera defensiva del cuerpo. En algunos casos médicos, de origen psico-somático, es evidente: aparece un eccema, unos granos de aspecto asqueroso, da repelús acercarse…¡no me toques!
Me como una manzana, en algún momento traspasa un umbral y la fruta deja de ser, de tener nombre y forma, y se convierte en parte de mi organismo, pasa a ser Yo.

Prisionero – by ALEXAS FOTOS – Pixabay
¿Dónde está la bisagra que separa el exterior del interior, el dentro del fuera? ¿En el aire que respiramos, en los pulmones? El oxigeno que transporta la sangre ¿Cuándo es nuestro? ¿Cómo lo hacemos nuestro? ¿Cómo hacemos para que la sangre lleve el oxigeno a las células? ¿Nuestras células? ¿Mías? ¿Cómo obtenemos el certificado de propiedad, el “mi”, el “mío”? de algo que creemos conocer, de billones de células, de millones de funciones, de millones de sustancias químicas y minerales, de millones de reacciones bioquímicas, eléctricas, físicas… ¿Cómo hago para controlarlo todo? Si ni siquiera conozco de lo que estoy hablando, no sé dónde está el píloro ni el occipucio ni para qué sirven, conozco mejor el funcionamiento de mi auto. ¿Cómo hago para hacer crecer el cabello, las uñas? Podría detener indefinidamente el proceso ¡menudo ahorro!¿Cómo hago que escucho tu voz?
Todo se está haciendo solo, nuestra forma es un organismo con piloto automático para los torpes. Sin “mi” intervención el cuerpo sabe lo que tiene que hacer, posee una sabiduría instintiva, animal, no intelectual, actúa antes de que nosotros pensemos una solución.
¿Mío? ¿De verdad?
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