“Una gota de lluvia cae de una nube. Se siente especial, única, aunque teme el contacto con el suelo porque cree que será su muerte. Pero cuando llega a tierra y se une a las demás, se da cuenta de que nunca dejó de ser agua. No hay fin. Será arroyo, río, mar, océano, lago, gota de rocío en el pétalo de una flor, neblina acariciando una cima, el vapor de una nube de verano, la estrella de hielo en un iceberg, la lágrima en una mejilla”.
─¿Una lágrima? ─le interrumpí, curiosa.
─Sí, una lágrima. Las emociones son como las aguas, cambiantes, plácidas o agitadas. Te has preguntado alguna vez que cuando lloras por qué lo haces.
─¡Oh! ¡Es verdad! Recuerdo que cuando murió la abuela lloré de pena; pero también de alegría cuando gané el premio de dibujo. Todo era muy emocionante.
─En los cuentos las aguas rodean o protegen castillos de cristal, de nácar o de oro. Siempre cuesta llegar a ellos, solo los valientes pueden conseguirlo.
¿Sabes lo que simboliza ese castillo?
─¿Habitado por hadas y princesas?
─Sí, hay gente que lo ve así. Otros ven castillos siniestros poblados por monstruos.
─Entiendo, explicado así es más fácil de comprender. Las leyendas hablan del corazón de las personas.
Dentro de mí, los cuentos de la infancia cobraban otra dimensión. Sonreí. Reemprendimos la marcha, dejamos atrás el tramo inicial. Llegamos al primer recodo del camino. A partir de allí, alisos y fresnos crecían altos formando una densa avenida sombreada, un pasaje mágico. Las hojas murmuraban entre ellas en lenguas olvidadas. El rumor del agua les respondía.
Caminamos en silencio.
─¿Y la desaparición? ¿Cómo lo hizo? ─pregunté.
Me acerqué a una espiga de trigo. Acababa de ver una mariquita, le puse el dedo delante para que subiese.
─¿Tú has oído hablar de las ranas que se convierten en princesas al ser besadas? ─fue su contestación.
La mariquita ascendió por el dedo, pareció comprobar el estado de las alas y emprendió el vuelo. La seguí con la vista mientras respondía:
─Sí, claro, ¿quién no? Salen en todos los cuentos infantiles. Pero eso si que es increíble ¡Pura fantasía!
─¿Tú crees? ─oí a mis espaldas.
Me giré de inmediato y allí, en medio del camino, verde como una hoja, una rana me miraba.
─¿Sorprendida? ─me dijo. Mientras me guiñaba un ojo.
No supe qué responder. Me esperaba una respuesta en forma de palabras que revelasen algún secreto. Aquello era inimaginable.
La ranita dio un salto y se subió a un banco de granito. Continuaba mirándome.
Me senté a su lado. Las piernas me temblaban. Estaba embobada. Saltó sobre mi rodilla. Apenas pesaba. Volvió a hablar:
─¿Ya no tienes más preguntas? ¿Está saciada tu curiosidad? ¿Se te ha comido la lengua el gato?
─¿Eres un hada? Pero… ¡Si no existen! ─atiné a decir.
La rana sonrió y dio un gran salto. La seguí con la mirada. Desapareció en un punto del aire del que surgió un centelleo de luz, que se expandió dando forma a una joven esbelta y flexible, de largos cabellos rubios y ojos verdes. Su cuerpo tenía la traslúcida consistencia de los hielos, reflejaba el entorno, brillaba y lanzaba destellos irisados en cada movimiento. Era como si llevase un vestido hecho con alas de libélula. Era guapísima.
Me parecía estar soñando. Era tanta la incorporeidad, que parecía no existir, salvo por la leve brisa que generaba al moverse. Parpadeé incrédula. Se repitió el destello, Alisa volvía a estar a mi lado, sentada en el banco.
Muy evocador. ¡Que no perdamos la fe en la magia con los años!
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Sí, así es Johan…con el tiempo ves que la magia es la ilusión ilimitada y eterna de cuando somos niños prolongándose en el tiempo. Todo aquello en que ponemos nuestra atención de alguna manera forma parte de nuestra realidad, ya sea en una ficción o en la vida cotidiana.
Gracias por la visita.
Un saludo.
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¡Tremenda definición!
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Extraordinario Quirico!! Felicidades. Un abrazo. Marina
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Gracias Marina. Es un breve fragmento de un cuento infantil que escribí hace un tiempo y que ha gustado mucho.
Un abrazo
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Que escribiste tú? Pues dime el título para leerlo completo.
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🙂 Aquí hay algo más de info:
https://quimoji.wordpress.com/nayade/
Solo se encuentra en Amazon.
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Lo leo con calma. No suelo comprar nada por internet… valoraré la excepción.
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🙂 Si quieres esperar, es probable que pronto una editorial se haga cargo del mismo, irá con ilustraciones y estará en algunas librerías.
Es un cuento que habla mucho de cuidar, en su sentido más amplio, para niños con entendimiento de adultos o adultos con visión de niño 😉
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WOW!!!! me encanta!!! Me espero. Por favor avísame cuando lo publiquen. Y si hay presentación, ni dudes en convocarme, vale? Gracias!!! Un abrazo. Feliz de semana
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Un cuento precioso, Q. !
Que no perdamos nunca la fe en la magia porque así nuestro corazón seguirá conservando una parte del niño que fuimos.
Muchos besetes.
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Gracias María por tu comentario. El cuento realmente tiene alrededor de cincuenta páginas, puse solo un fragmento y quizá hasta sea demasiado largo, poca gente lee las entradas extensas. Pero bueno, era una idea que quise llevar a cabo, escribir algo bello desde una visión diferente.
Un abrazo.
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En este enlace https://jaordiz.wordpress.com/2015/12/15/dardos/ tienes mi más sincero reconocimiento a tu labor. Un abrazo.
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Muchas gracias, José, por la mención. Nos leemos. Un abrazo.
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Nos leemos, amigo. Otro abrazo para ti.
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¡Bendita magia! Gracias, Quirico. Salud.
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Gracias Julio. ¡ Muy Felices Fiestas!
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Creo que escribir es un acto mágico y aquí lo he sentido…
Te he nominado con el siguiente reconocimiento
https://rosalde.wordpress.com/2015/12/27/premios-y-nominaciones-3/
Saludos y… ¡Bello y artísticio 2016
Scarlet C
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¡Bello y artístico 2016! No «artísticio»
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Gracias Scarlet por tus palabras y por el premio. Trato de ponerme al día y preparo la entrada. Feliz año nuevo! 🙂
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